Las algas crecen en el agua salada de mares y océanos. Existen más de diez mil variedades, muchas de ellas comestibles como las nori, kombu, wakame, hijiki, “espagueti de mar”, “lechuga de mar” y “hierba marina”, y suelen comercializarse secas. Las algas absorben y acumulan minerales del mar, más incluso que las plantas terrestres, por eso son ricas en calcio, yodo, sodio y hierro. Algunas también contienen proteínas y vitamina A, C y E. Su aporte en fibra soluble es alto, por lo que también aumentan la sensación de saciedad. Las algas marinas tienen un elevado contenido en yodo, esto se tiene que tener en cuenta en caso de problemas con la glándula tiroides. Se ha comprobado que ciertas algas, como la nori, contienen vitamina B12, un dato muy interesante para personas vegetarianas estrictas, ya que es la única fuente vegetal conocida de dicha vitamina.
Pueden ayudarte en caso de: estreñimiento, sobrepeso y obesidad.