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Hábitos alimentarios en el adulto: Mejora tu calidad de vida instaurando unos hábitos alimentarios saludables y duraderos

Adoptar unos hábitos alimentarios saludables y mantenerlos en el tiempo es más sencillo de lo que parece si sabes en qué dirección orientarlos. El cambio hacia un estilo de vida saludable se puede realizar introduciendo paulatinamente en tu día a día nuevas rutinas más sanas, que poco a poco repercutirán en tu bienestar. Cualquier edad es buena para instaurar unos buenos hábitos saludables que te permitirán, con un poco de constancia, mejorar tu salud y tu calidad de vida.

La importancia de una buena digestión

Aparte de la alimentación, entendida como el mero proceso de ingesta de nutrientes, existen otros aspectos relacionados con la alimentación que favorecen una correcta nutrición y acaban mejorando nuestra calidad de vida. Por lo general, los buenos hábitos en la forma de comer recaen en una buena digestión. Si digerimos bien los alimentos, por un lado nos sentimos mejor, y por otro, podemos aprovechar mejor todos sus nutrientes y beneficiarnos de sus propiedades. No somos lo que comemos, ¡somos lo que digerimos! A continuación tienes unas cuantas recomendaciones que te ayudarán a mejorar tu digestión:

- Fracciona la alimentación: para que el cuerpo aproveche los alimentos que le damos, es preferible darle poco y a menudo. Se aconseja hacer entre 4 y 5 comidas poco cuantiosas al día.
 

- ¡Empieza el día con un buen desayuno! Y si lo tomas en casa, mejor. Es una buena ocasión para incluir grupos de alimentos que no deben faltan en nuestra dieta como lácteos, cereales o derivados preferiblemente integrales y fruta, pudiendo complementarlo con otros alimentos como el aceite de oliva, huevos, atún, salmón, legumbres,… 
 

¡Date tiempo! El proceso de digestión es lento. Si comes muy deprisa, por un lado, no le das tiempo al cuerpo a que te envíe la señal de saciedad y de repente te sentirás hinchado; y por otro, si llegan los alimentos demasiado rápido al estómago, éste no conseguirá digerir eficientemente.
 

- Cena temprano y ligero. Lo ideal es que dejes pasar al menos dos horas antes de acostarte.
 

Debemos comer habitualmente en un ambiente tranquilo y relajado, y siendo conscientes del acto de comer. Si comemos delante del televisor, por ejemplo, lo más probable es que comamos más cantidad e incluso alimentos más superfluos.
 

- Mastica bien los alimentos. Piensa que la digestión empieza en la boca con el fraccionamiento de los alimentos por parte de los dientes y con la saliva, que es el primero de los jugos digestivos.
 

Es aconsejable comer sentados y en una buena posición; bien erguidos y evitando aquellas prendas de ropa que puedan presionar en exceso el abdomen.
 

Intenta mantener unos horarios regulares. La rutina crea un efecto memoria en el organismo y, de algún modo, se prepara para recibir alimentos y se vuelve más eficiente.
 

La bebida a elegir en las comidas siempre debe ser el agua, aunque mejor toma poca cantidad mientras comes para no diluir los jugos gástricos.
 

Justo después de comer, no hagas actividades muy intensas; esto provocaría una desviación del volumen sanguíneo del sistema digestivo hacia los músculos, limitando la digestión.
 

- ¡Escucha a tu cuerpo! Si "te dice" basta, o bien que la comida es pesada, no comas más. Él sabe cuando hay suficiente. Si nunca le haces caso, evitará enviarte más señales y es probable que acabes comiendo en exceso.

Comer bien fuera de casa

Por razones laborales o de ocio es muy habitual que comamos fuera de casa. Para algunas personas es algo esporádico, pero para muchas se convierte en una rutina. Pero esta situación no debe implicar necesariamente comer mal. Si seguimos las pautas de una dieta equilibrada, podemos comer fuera de casa de forma saludable. Tanto si nos llevamos la comida al trabajo, como si vamos a un restaurante, solo tenemos que aplicar el método del plato, como cuando estamos en casa.

Proporciones
Proporciones

Recuerda que para que la comida principal sea completa y equilibrada debe contener los 3 principales grupos de alimentos:

- verduras (crudas o cocidas) la cantidad que desees.

alimentos ricos en hidratos de carbono (pasta, arroz, patata o pan) entre el 25 y el 35% del volumen total de la comida que vas a ingerir.

alimentos proteicos (carne, pescado, legumbres o huevos).

Variedad
Variedad

La variedad es una de las claves de una dieta saludable. Aprovecha que comes de restaurante para tomar aquellos alimentos que menos te preparas en casa, bien sea por falta de tiempo o porque a algún miembro de la familia no le gusta. Intenta favorecer las cocciones ligeras, pero alterna entre carnes y pescados.

Prueba las verduras de formas distintas e incorpora otros hidratos de carbono, arroz integral, quinoa, trigo blando...

Trucos
Trucos

Elige un primer plato de ensalada o verdura, y que el segundo aporte la proteína y los hidratos de carbono. Por ejemplo: ensalada + lentejas con arroz. Otro ejemplo: verduras salteadas + pollo con patata asada.

El postre a elegir debería ser una fruta o un yogur.

Para no llegar con un hambre voraz y tomar mucho pan o aceitunas mientras esperas que te traigan la comida, toma un tentempié ligero a media mañana.

​​​​​​​- La bebida más aconsejada para las comidas principales es el agua.

¿SABÍAS QUÉ?
La recomendación de no bañarse hasta 1-2 horas después de comer, no es por el hecho de mojarse, sino por la temperatura del agua; si está muy fría provoca una migración de la sangre fuera del sistema digestivo pudiendo provocar un corte de digestión.

Se calcula que deberíamos masticar la comida de 20 a 40 veces antes de tragar.

Tomar ciertas frutas como la piña, el kiwi o los cítricos podría facilitar la digestión. En cambio el melón o a sandía suelen ser algo indigestos.