Historia del cereal, cómo surgió y por qué se inventó el cereal

Desde los primeros cereales cultivados hace unos 14.000 años en Oriente Próximo, hasta los que consumimos hoy en día, sea en grano, en harina, en copos o en forma de bebida como los cereales EKO, hay una larga evolución para conseguir mejor rendimiento y calidad. 

El trigo actual es el fruto de varios cruces entre el trigo y plantas silvestres hasta llegar al triticum aestivium y la espelta, variedades más productivas que el primer trigo silvestre que se cultivó, el carraón. 

La cebada, que es un cereal muy resistente, el centeno y la avena se aclimataron bien en climas más fríos y húmedos, por eso es un cultivo habitual en amplias zonas de Europa Central y Norte. 

Los granos de cereales no se pueden consumir directamente en crudo. Por eso, la cocina ha evolucionado con el tratamiento de los cereales. Uno de los primeros descubrimientos fue el pan, que se obtenía al mezclar cereales triturados con agua, y cocer la masa al fuego. En la actualidad tenemos todo tipo de preparaciones como pasta, panes y un gran número de recetas donde el cereal es el protagonista. 
 

La mayor parte de los cereales cultivados en el mundo corresponden a unas pocas variedades, las más productivas y que ofrecen mayores facilidades en el cultivo. Una uniformidad que en cierta manera está cambiando en los últimos años con la recuperación de algunas variedades más antiguas y granos menos conocidos. Entre estas variedades recuperadas está la espelta y el kamut, dos tipos de trigo antiguos; el fonio, una variante del mijo; el teff, un cereal muy consumido en África y algunos pseudocereales como la quinoa, el trigo sarraceno o el amaranto. 

Los pseudocereales son granos muy similares a los cereales en forma, textura y sabor, pero que no forman parte de la familia de las gramíneas. Estas semillas se preparan de igual forma que los cereales y a menudo se consumen junto con los cereales. 

Actualmente, el maíz, el trigo y el arroz son los cereales más producidos en todo el mundo. Su cultivo se extiende por amplias zonas del planeta y juntos suponen el 90% del cultivo de cereales. 

La agricultura ecológica es, a día de hoy, una tendencia importante en el cultivo de varios alimentos, también de los cereales. En Europa, un 8,5% de la superficie agrícola es de cultivo ecológico y los cereales son una parte importante de esta producción. 

Los cereales ecológicos son cada vez más populares, como EKO Natural Ecológico. En este caso, se elabora a partir de semillas de centeno y cebada de cultivo ecológico tostadas y molidas. EKO mantiene el sabor de los cereales con achicoria de siempre y el valor añadido del cultivo sostenible y ecológico. 

Los cereales, en forma de pan, harina, pasta o para beber forman parte de nuestra alimentación diaria y de nuestra tradición. Una tradición que se mantiene y evoluciona con nuevas presentaciones y elaboraciones para disfrutar de los cereales.