La fibra soluble es un tipo de fibra dietética (que llega al colon sin ser absorbida) que se caracteriza por ser soluble en agua y fermentable (prebiótica, produce ácidos grasos de cadena corta que alimentarán a las bacterias vivas del intestino, favoreciendo su crecimiento). Además, es viscosa (atrapa el agua), característica responsable de parte de sus efectos beneficiosos: reduce el colesterol (prevención cardiovascular) y retarda la absorción de glucosa (controla la glucemia en diabéticos). También, provoca un efecto volumen que aumenta la saciedad y disminuye la ingesta. Las formas más importantes de fibra soluble son: pectinas, gomas, mucílagos, celulosa modificada, guar y algunas hemicelulosas. Estas fibras provienen de legumbres, verduras, frutas (cítricos y manzana), avena y semillas como por ejemplo, el lino.
Son abundantes en: kiwi, espárragos verdes y guisantes.
Pueden ayudarte en caso de: colesterol y sobrepeso.