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La meditación y el Mindfulness para levantarte y acostarte como nuevo

Meditación y mindfulness son dos conceptos que van muy unidos y que a menudo se confunden, pero no son lo mismo. El mindfulness o atención plena es un estado mental, emocional y físico, mientras que la meditación es una práctica para cultivar el mindfulness. Meditar lleva al mindfulness.

Vive el presente

En el mindfulness, el foco de atención reside en ser plenamente consciente de dónde estamos y de lo que estamos haciendo en el momento, sin interpretación ni juicio, sin etiquetarlo como bueno o malo.
 
Vive el presente y sé consciente de ello es la base del mindfulness, es la capacidad de controlar nuestra conciencia para reconocer lo que está sucediendo mientras sucede y aceptar la experiencia tal como es.
 
El objetivo del mindfulness es ayudarnos a establecer un método para aprender a gestionar las emociones, reacciones, actitudes y pensamientos para poder afrontar las situaciones que se nos presentan.
 

Conectar con nuestro yo

El mindfulness persigue el aprendizaje para llegar a conectar con nuestro yo interior y gestionar nuestras reacciones internas de manera más consciente y eficaz. Cuidarse empieza por tomar conciencia de uno mismo. Iniciar el día con una buena taza de cereales EKO te ayuda a empezar cada jornada con un bienestar interior y una armonía que te conectan con la naturaleza.

chica meditando

Los beneficios del mindfulness para nuestro bienestar son muchos, tanto para nuestra salud física como mental. Sobre todo, en una sociedad como la occidental, en la que el estilo de vida provoca que muchas personas sufran de estrés, ansiedad o depresión.

La técnica de la conciencia plena ayuda a las personas que la practican a alcanzar un mayor equilibrio que repercute en una menor reactividad emocional. Se trata de ver y comprender lo que pasa sin intentar cambiar nada, solo tomar consciencia.

Por ejemplo, cuando nos equivocamos o algo no nos sale bien, en lugar de ser enormemente críticos con nosotros mismos, el mindfulness nos ayuda a tratarnos con afecto y comprensión, de manera que seamos capaces de cambiar nuestro comportamiento y conseguir lo que perseguimos de otra manera mejor.
 

Mindfulness y relajación

Aunque el mindfulness no es una técnica de relajación puede contribuir a ella. Es decir, igual que la meditación o el yoga, la práctica del mindfulness ayuda a reducir los niveles de cortisol, una hormona que se libera en respuesta al estrés.

El cortisol es necesario para nuestro organismo porque regula la energía en situaciones estresantes, pero si sus niveles aumentan demasiado produce efectos secundarios como por ejemplo perturbaciones del sueño, irritabilidad, depresión o ansiedad.

El mindfulness contribuye a alcanzar un estado de calma y serenidad que nos puede ayudar a dormir mejor por las noches. El control de las emociones y los comportamientos durante el día repercute en un nivel bajo de activación cortical por la noche que facilita conciliar el sueño. Y dormir bien por las noches, nos ayuda a afrontar mejor la siguiente jornada.

Además de practicar el mindfulness, antes de ir a dormir podemos tomar una taza de leche caliente y cereales. EKO Magnesio, con cebada, centeno y achicoria, sin azúcares añadidos ni aditivos cuenta con las propiedades del magnesio, que ayudan a reducir el cansancio y la fatiga de manera natural.
 

dormir bien
Un recurso para superar la ansiedad

Ansiedad y mindfulness también son dos términos prácticamente inseparables. Los ejercicios de mindfulness son a menudo utilizados para vencer la ansiedad, aunque no sea el objetivo propio de esta técnica basada en antiguas prácticas budistas.

La práctica de la atención plena tiene algunos ejercicios para la ansiedad que permiten observar nuestras emociones sin juzgarlas. De esa manera, nos podemos exponer a esas sensaciones sin valorarlas como desagradables, que es algo común en la ansiedad. Es muy importante aprender a prestar atención sin hacer nada por evitarlas o cambiarlas, vivir el momento presente observando desde la neutralidad.
 

El presente y la felicidad

Nuestra sociedad vive pensando siempre en el futuro, bueno o malo, y eso hace que nos perdamos el presente. Vivir en el aquí y el ahora es el primer paso para experimentar la felicidad en el futuro, porque pensar siempre en lo que vendrá después nos hace anticipar placeres y provoca la sensación de no tener nunca suficiente y querer siempre más.

La ansiedad provoca insomnio. Y el insomnio produce una reacción en el organismo que hace aumentar los niveles de ansiedad y estrés. Es un pez que se muerde la cola. Vivir el presente desde la neutralidad nos ayuda a dormir mejor y, por tanto, a controlar la ansiedad.

Hacer una cosa y pensar en otra es fuente de infelicidad. Por eso es tan útil practicar el mindfulness para conseguir la felicidad:  la felicidad que da el hacer y pensar en una sola cosa, sin más.

La práctica de la atención plena es un instrumento para ayudar a entrenar nuestra atención y nuestra actitud, a aprender a regularla con curiosidad y amabilidad. Todo ello repercute tanto en nuestra actitud ante la vida como en nuestro descanso.