Después del embarazo, el cuerpo de la mujer está preparado para iniciar la lactancia, periodo de suma importancia en el que va a alimentar a su bebé. La reserva de grasa generada durante el embarazo, sobre todo en muslos y cadera, servirá para la producción de leche. A lo largo de la lactancia, este exceso de grasa suele ir desapareciendo y facilitando a la mujer alcanzar su peso habitual. La alimentación de la mujer durante el periodo de la lactancia sigue siendo clave para ella y su bebé, y debe cubrir todos sus requerimientos tanto energéticos como de nutrientes. Una alimentación saludable, que contenga gran variedad de alimentos y en cantidades adecuadas, es lo más indicado para disfrutar de una buena lactancia materna. Es importante mantener un correcto aporte de calcio (unas 3 raciones al día, siendo una ración: un vaso de leche o 2 yogures o 40 g de queso), y así se evita la pérdida de calcio de los huesos, necesario para producir la leche. Se recomienda evitar alimentos que contengan cafeína y alcohol para que estos compuestos no pasen a la leche materna y por consiguiente los ingiera el bebé.
Etapas
Mujer en la lactancia: una alimentación saludable, la clave para una buena lactancia.
¿SABÍAS QUÉ?
Los beneficios de la lactancia materna para tu bebé son múltiples y entre ellos está fortalecer su sistema inmunológico con el que se asegura un buen estado de salud a corto y a largo plazo.
La producción de leche irá en función de la succión del bebé. Cuando es recién nacido tardará más en extraer tu leche que al cabo de 2 meses.
La mujer en la lactancia recupera más rápido su peso normal por el gasto energético extra que tiene para producir la leche.
No debes evitar comer alcachofas, espárragos o alimentos que cambian el sabor de la leche materna ya que los bebés no rechazan la leche materna por este motivo.
La producción de leche irá en función de la succión del bebé. Cuando es recién nacido tardará más en extraer tu leche que al cabo de 2 meses.
La mujer en la lactancia recupera más rápido su peso normal por el gasto energético extra que tiene para producir la leche.
No debes evitar comer alcachofas, espárragos o alimentos que cambian el sabor de la leche materna ya que los bebés no rechazan la leche materna por este motivo.