Los cereales resultan un alimento básico para muchos países del mundo, sobre todo el arroz y el trigo. Están compuestos mayoritariamente por hidratos de carbono complejos.
Contienen también proteínas de valor biológico intermedio. Si se complementan los cereales con las proteínas procedentes de las legumbres a lo largo del día, se logra una proteína completa. Además, los cereales contienen pocas grasas y éstas son grasas monoinsaturadas y grasas poliinsaturadas, un tipo de grasas más saludables que las grasas saturadas de origen animal. Los cereales destacan por su contenido en fibra, en vitaminas y minerales.
La vitamina más representativa de los cereales es la vitamina B, entre las cuales destaca el ácido fólico. Además, contienen minerales como el potasio, el fósforo, el magnesio y el hierro. Algunos cereales como el maíz también contienen carotenoides, sustancias con propiedades antioxidantes.
Las recomendaciones nutricionales para el consumo de cereales son unas 4-6 raciones al día, aunque es preciso que se adapten a las necesidades energéticas de cada uno. Algunos cereales contienen gluten, una proteína a la que algunas personas son intolerantes. Es importante que las personas con intolerancia al gluten o celiaquía eviten por completo los cereales que lo contengan: trigo, centeno, cebada y avena.
Pueden ayudarte en caso de: estreñimiento, colesterol, hipertensión y actividad física.