Los años que transcurren desde que los niños dejan atrás la alimentación de bebé hasta que han completado su crecimiento (entre los 16 y los 18 años) son vitales en cuanto a sus necesidades nutricionales.
Solo a través de lo que comen pueden obtener todos los nutrientes que sus huesos, músculos, cerebro, sistema inmunitario, etc. necesitan para desarrollarse adecuadamente, tanto física como intelectualmente, y alcanzar todo su potencial.
Por eso, una alimentación sana y equilibrada es el pilar sólido de su crecimiento. Y por eso es tan importante conocer las bases de este pilar.