En 1890 John Mackintosh y su mujer Violeta abrieron una tienda de dulces en Halifax, Inglaterra.
John quería darle un cierto toque de originalidad a su negocio e inventó un nuevo toffee con un sabor caramelizado y blando, muy diferente a lo que existía hasta aquel momento. Posteriormente empezaron a hacer toffees con diferentes sabores. La primera gran fábrica de toffees fue construida por John Mackintosh en 1898. En 1936 el hijo de John Mackintosh lanzó Quality Street, mezclando el toffee con el chocolate.