Alimentación Sostenible


Porque para estar A gusto con la Vida, tenemos que estar A gusto con la Tierra
Acerca de la alimentación sostenible
Llevar una “alimentación sostenible” (1) es seguir una alimentación con un impacto ambiental reducido, que contribuya a la seguridad alimentaria y nutricional, y a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable. Se estima que una alimentación con estas características podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y preservar los recursos naturales y la biodiversidad, contribuyendo a un planeta más sostenible.
Algunas personas creen erróneamente que sólo puede ser sostenible una alimentación vegetariana o vegana. Y no necesariamente es así, porque influyen otros factores.
En realidad, la base de una alimentación sostenible se sustenta en estas tres ideas:
1. Priorizar la proteína vegetal versus la animal. No es necesario ser vegetariano o vegano para buscar que nuestro planeta sea más sostenible: El flexitarianismo, una alimentación basada en vegetales, y en la que el consumo de proteína animal es esporádico, es una práctica muy saludable para el planeta, pues la proteína vegetal requiere menos recursos naturales para ser producida que la animal;
2. No al desperdicio alimentario. ¿Sabías que un tercio de lo que se produce se tira? ¿Y que se desperdicia más en casa que en supermercados o restaurantes? Evitemos tirar comida a la basura, porque es tirar todos los recursos naturales que se han necesitado para producirla. Planificar la compra te ayudará a evitar el desperdicio y a llevar una alimentación más variada, sin caer siempre en los mismos menús y ampliando los ingredientes que utilizas;
3. Incorporar a nuestra alimentación el consumo de productos locales y de temporada. Así, no solo evitamos parte de la emisión a la atmósfera de gases derivados de su transporte, sino que además están en su mejor momento nutricional y sensorial;
(1) Según la Food and Agriculture Federation (FAO)

Existen patrones culturales de alimentación que han demostrado ser beneficiosos para la salud y que, además, pueden considerarse sostenibles. La dieta mediterránea es la más conocida y estudiada.
Aun así, la realidad muestra que la gran mayoría de la población no sigue adecuadamente esta pauta rica y saludable, ni una nutrición sostenible.
Según el gráfico que se muestra a continuación, se observa que se consume más del doble de la cantidad de carne y tubérculos de la recomendada, y, por el contrario, estamos muy lejos de alcanzar las cantidades de frutas y verduras necesarias.

Estas frecuencias de consumo, se alejan de las recomendadas en una alimentación saludable, las cuales tienen una ingesta calórica óptima y consisten principalmente en la diversidad de alimentos de origen vegetal, bajas cantidades de alimentos de origen animal y contienen grasas insaturadas en lugar de saturadas.
La dieta flexitariana: aumentar la proteína vegetal y alternar con proteína animal
¿Quieres dar un paso más allá con la alimentación sostenible? Te explicamos qué es la dieta flexitariana.
La dieta flexitariana es aquella en la que la mayor parte de las proteínas provienen de alimentos de origen vegetal como las legumbres, los cereales, los frutos secos y semillas y ocasionalmente incorpora carne, pescado y marisco.
Esta dieta es fácil de seguir para la mayoría de las personas, ya que no repercute drásticamente en nuestra alimentación.
Un flexitariano come de todo, tiene una alimentación variada y su dieta es más respetuosa con el planeta.
Todos los alimentos tienen cabida dentro de una alimentación sostenible a la vez que saludable, lo único que hay que tener en cuenta son las cantidades y la frecuencia con las que las consumimos. Para ayudarte, hemos elaborado esta plantilla de menú semanal sostenible:

Descarga aquí tu menú semanal sostenible.
Otras opciones de alimentación que reducen la ingesta de proteína animal y que también pueden ser sostenibles, son la dieta vegetariana y la vegana. Si bien, para que realmente sean sostenibles desde un punto de vista medioambiental, deben basarse en productos de proximidad y de temporada.
Según la Academia de Nutrición y Dietética de los Estados Unidos, las dietas vegetarianas y veganas bien planificadas son saludables, nutricionalmente adecuadas, y pueden ser beneficiosas para prevenir y tratar ciertas enfermedades. Además, son apropiadas en todas las etapas de la vida, incluido el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia, así como para personas deportistas.
El menú semanal, nos ayudará a seguir las recomendaciones y además, no comprar más de la cuenta ayudando así a reducir el desperdicio alimentario, ya que hay datos que demuestran que tiramos cerca del 30 % de la comida que compramos.
El coste ambiental que esto supone es insostenible: el agua empleada en los cultivos, los fertilizantes y combustibles usados en la producción y el transporte, y los gases de efecto invernadero emitidos cuando esa comida se descompone en los vertederos. Y eso sin tener en cuenta el dinero que malgastamos en comida que nunca consumimos.
Para frenar este desperdicio alimentario, te damos 10 consejos que te ayudarán a minimizarlo e ideas de recetas para aprovechar la comida. ¡Entre todos podemos reducir este desperdicio!
Recetas destacadas
Cuando nos disponemos a llenar la cesta de la compra, encontramos alimentos que realizan largas rutas de miles de kilómetros hasta llegar a nuestras manos. En el otro extremo, encontramos los alimentos de proximidad, también conocidos como alimentos de km 0. Estos son los que se producen relativamente cerca del lugar donde se consumen.
Por otro lado, los alimentos de temporada son aquellos que, según su ciclo biológico, se producen durante un momento concreto del año. Se considera que estos productos se encuentran en su punto óptimo de consumo y que solamente están disponibles, de forma natural, en unos meses concretos del año.
Procura incluir alimentos de proximidad y de temporada en tu compra habitual.
Para descubrir cuáles son las frutas y verduras de temporada en cada momento del año, puedes consultar el calendario del Ministerio de Agricultura aquí.

Uno de los aspectos que define una alimentación sostenible es el incremento del consumo de proteínas de origen vegetal en detrimento de las de origen animal, ya que esto contribuye a la sostenibilidad del planeta. Por ejemplificarlo: para producir un kilo de verdura se necesita menos agua y otros recursos naturales, y menos terreno, además que conllevan una menor emisión de gases de efecto invernadero, y esto ayuda a hacer de la Tierra un planeta sostenible.
La alimentación sostenible parte de una producción de alimentos con un impacto ambiental reducido, en la que se respeta la biodiversidad y los ecosistemas, es culturalmente aceptable, económicamente justa y asequible, y nutricionalmente saludable.
Eso no significa renunciar a consumir alimentos de origen animal. La clave de una alimentación sostenible es dar preferencia a los alimentos de origen vegetal, en las cantidades recomendadas, así como a los productos locales y de temporada, apostando por la variedad y el equilibrio. Lo que ocurre es que en los países occidentales el consumo de carne es excesivo y debe moderarse, por tu salud y la del planeta, y para poder asegurar la disponibilidad de los recursos naturales necesarios para alimentar una población mundial en constante aumento.

Ponemos a tu disposición estas herramientas que te pueden ayudar a ser más sostenible:

Menú Planner:
Para que planifiques una dieta semanal sostenible
Te ofrecemos 3 menús diferentes que te ayudarán a ser más sostenible, ya que te ayudarán a disminuir la cantidad de proteína animal.




Nutriplato:
Descarga el recetario vegetariano de Nutriplato, ideal para ayudaros a toda la familia a ser más sostenibles.


Nestlé Cocina:
Más de 3.000 recetas y consejos especiales que pueden ayudarte a ser más sostenible

Una alimentación sostenible tiene en cuenta diferentes factores relacionados con el impacto ambiental que genera como, por ejemplo, el envasado, las prácticas agrícolas o el origen de la proteína, entre otros.
La dieta mediterránea es una valiosa herencia cultural que representa mucho más que una simple pauta nutricional, rica y saludable. Es un estilo de vida equilibrado que engloba recetas, formas de cocinar, celebraciones, costumbres y productos típicos. Por sus características, una alimentación basada en la dieta mediterránea puede ser sostenible y fácil de seguir en nuestra cultura, ya que, entre otros factores, prioriza alimentos de proximidad y no se excede en el consumo de proteína animal.
La dieta flexitariana es una forma de flexibilizar las dietas veggies, ya que permite consumir de forma esporádica alimentos de origen animal, por eso es más fácil de seguir. Es habitual, antes de mantener una alimentación flexitariana, pasar por una etapa en la que se reduce progresivamente el consumo de proteína animal, conocida como dieta “reducetariana”.
Por otro lado, las vegetarianas o veganas son dietas que excluyen o reducen el consumo de alimentos de origen animal, pero que no tienen obligatoriamente en cuenta otros factores relacionados con el impacto ambiental, ya que no es su principal motivación. Por eso, una alimentación veggie puede ser o no sostenible.
- Vegetarianismo: dieta que incluye alimentos de origen vegetal, lácteos, huevos y miel, pero no carne, pescado ni marisco.
- Veganismo: dieta en la que se elimina todo alimento de origen animal, incluidos también los lácteos, los huevos y la miel.
Finalmente, la dieta planetaria o climatarian es un patrón alimentario con una visión global respecto a la sostenibilidad, mucho más integradora que las dietas veggies. Su principal objetivo es combatir, a partir de los productos que elegimos, los efectos nocivos de la contaminación en el medio ambiente y el cambio climático, o la disponibilidad de alimentos.
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