Los mariscos aportan proteínas de buena calidad, vitaminas del grupo B y son una buena fuente de minerales como el zinc, yodo y fósforo. Apenas aportan grasas y energía. Destaca el contenido en hierro y en calcio de los moluscos (mejillones, almejas…) y el altísimo contenido en zinc de las ostras. Los crustáceos (gambas, langostinos), calamares y similares son fuente nada despreciable de colesterol, aunque este colesterol no incide de forma relevante en los niveles de colesterol sanguíneo.
Pueden ayudarte en caso de: sobrepeso y obesidad, colesterol, triglicéridos.