Las verduras son un grupo de alimentos clave para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Gran parte de su valor está en su aporte de fibra, vitaminas y minerales.
Las recomendaciones nutricionales apuntan que se deberían consumir 2 o 3 raciones de verduras al día (1 ración son unos 200 g de alimento). De las dos raciones, al menos una se debería consumir en crudo, como por ejemplo ensaladas o gazpachos, así se evita la pérdida de vitaminas que se produce al cocerlas.
De su composición destaca su riqueza en agua que alcanza el 90%, aunque los nutrientes más relevantes son la fibra soluble e insoluble, las vitaminas como la vitamina C o el ácido fólico, los betacarotenos (precursores de la vitamina A) y minerales como el potasio. Su aporte calórico es bajo, ya que contienen poca cantidad de hidratos de carbono, y prácticamente nada de proteínas ni grasas.
Se pueden introducir las verduras en nuestra alimentación diaria de muchas formas, como plato principal, como ingrediente o como guarnición. La variedad es tan amplia que enriquece nuestra dieta, no sólo en nutrientes sino en color y sabor.
Pueden ayudarte en caso de: sobrepeso, colesterol, hipertensión y estreñimiento.